martes, 21 de junio de 2016

MAS DE CAMISETAS Y EL PIJAMA


Buenas noches.
Y al decir “noches”, me asalta una duda que me mastica el alma y me entumece el espíritu… Ni los padres próceres de la Humanidadni los sabios de Grecia han atinado a resolver: ¿Cada cuánto hay que echar a lavar un pijama? ¡Eso no lo saben ni las madres!
No sabemos nada de los pijamas. ¿Qué sabemos? Que son para regalar… y que no sirven para dormir. Los botones no te dejan, que se clavan. Se han dado casos de gente que se ha quedado dormida y se los han tenido que extirpar.
Yo creo que si tuviéramos que comprar nuestros propios pijamas, los elegiríamos sin botones. Pero como son un regalo, decimos: “Es para....’ otro.¡Bah! Que se joda!”. Por esa regla de tres podrían hacer, para regalo… ¡tampax de mimbre! Son para’ otro…
Por eso yo tengo mi propio pijama: el calzoncillo tipo "boxer"y la camiseta vieja. Sí, es uno de los logros de nuestra generación, meternos en la cama con cualquier cosa.
El problema es: ¿Vale cualquier camiseta para camiseta de pijama? ¿Cómo se elige una camiseta de pijama? ¿Ha de tener alguna virtud? ¡Sí! Tiene que ser fea. Como de propaganda de comercia local: “Andamiajes Pedro Laruina”, ¡perfecta! Esa la tocas y ya te entra sueño… Pero hay otra vía para que una camiseta llegue a camiseta de pijama… Una noche, tu pareja coge una de tus camisetas favorita, la de Joy Division y con total impunidad te dice: “Te cojo esto para dormir”. Y duerme con ella. Y esa camiseta ya no vuelve a ser la misma.
En cuanto una camiseta pasa una noche como camiseta de pijama… pierde la inocencia… se queda como triste… La miras y ves que ha pasado mala noche…”.
Claro, por eso hay que conocer muy bien el “ciclo de vida de la camiseta”: ¿Cuántas veces hay que ponerse una camiseta para que pase a camiseta de pijama? ¿Y cuántas noches ha de pasar como  camiseta de pijama para que pase a limpiar cristales? Y lo que es más triste: ¿Cuántos cristales ha de limpiar una camiseta de pijama para que pase a trapito de los zapatos? Que eso ya es lo último, es poner la camiseta a la altura del betún.

miércoles, 15 de junio de 2016

MAS AVENTURAS EN EL SUPER - LAS COMPRAS DEL FIN DE SEMANA


Haces una lista en casa: Cerveza, güiski, coca-cola para el güiski, frutos secos para el güiski, ginebra por si se acaba el güiski, café, galletitas, espuma de afeitar, cuchillas. Y añades algunos lujos asiáticos: Y como no te acuerdas de más, decides improvisar el resto. 17:00 No le des más vueltas, la cagarás. Por mucho que pienses: es final de mes…, nadie tiene un duro, Sábado 5 de la tarde todo el mundo debe estar durmiendo la siesta. Te decides y vas al SUPER. Ya en las inmediaciones del centro, hay un atasco del carajo. Cientos de miles de gilipollas han pensado como tu… Te pones en la cola de coches que espera para entrar al parking. Ni un puto sitio para aparcar. De pronto, cuando estás a punto de marcharte, ves una maruja que se dirige a su coche. Frenas en seco y te dices para ti: “Ni el séptimo de caballería me mueve de aquí”. Eso si, la maruja no tiene prisa. Tranquilamente abre la puerta del auto, y comienza a meter las bolsas una a una, revisando su interior, como si no fuera su compra, como si le extrañara ver el paquete de garbanzos ahí. Tu tensión nerviosa esta subiendo. La maruja por fin, después de buscar durante 10 mi n utos en el bolso las llaves del coche, abre y entra. Oyes como rasca la caja de cambios al intentar meter la marcha atrás. Al final se encienden las luces de marcha atrás. No te hagas ilusiones, se le cala el coche. Y vuelta a empezar. Punto muerto. Se asegura moviendo dieciséis veces la palanca… Al fin sale ella y entras tú. 17:45 Te dices bueno lo peor ya ha pasado, respiras y te calmas.

De pronto ME CAGO EN LA PUTA ¡¡¡LA VIRGEN SANTISIMA!!! No tienes monedas de UN EURO para coger el puto carrito. Estás a un huevo de la caja central. Si alguien pusiera un negocio de préstamo de monedas se forraba; estarías dispuesto a pagar intereses del 200% y garantizarías la póliza con tu vida si fuera necesario. 17:55 Ya tienes 10 monedas de UN EURO -jodiéndote los bolsillos- pero ahora en las inmediaciones de la puerta no hay carritos. Te recorres otra vez las diez hectáreas de parking buscándolo. La tensión arterial se te pone en 20-14. Por fin encuentras uno para ti solito. Lo coges y mientras vuelves al interior del centro te preguntas ¿Por qué todos los carritos tienen una hoja de lechuga? ¿Es que hay un grupo de empleados que las va colocando por la mañana, una a una? Cuando no es temporada de lechuga, ¿de donde las importan? ¿Contribuye esto al aumento de la inflación y el déficit comercial? más preguntas: ¿Por qué siempre te toca un carrito con las ruedas jodidas? 18:15 Bueno, estamos dentro. Mientras te diriges a tu destino, te asalta una patinadora que te ofrece la tarjeta de crédito del SUPER. La patinadora está buenísima. – Señor le voy a comentar las muchísimas ventajas de nuestra tarjeta, bla, bla Tu no le quitas ojo a las tetas. – Bla, bla,… solo un 2% de interés. Preguntas – ¿Anual? La pobre que todo lo que tiene de buena lo tiene de boba contesta: – Si, no, no sé, pero me parece que 2% al mes. De vez en cuando una voz monótona y anodina -como de MacDonald pidiendo una cheeseburger- interrumpe para lanzar una oferta. El sonido es tan malo que tu oyes: YO TE FOLLO Y TU ME TOCAS LAS TETAS, en realidad la voz ha dicho: MUSLOS DE POLLO A QUINIENTAS PESETAS. Es ahora cuando de verdad empieza tu calvario. Los pasillos están atestados; ¿porque las mujeres dejan el carro en medio del pasillo, mientras se van a buscar productos 200 metros más allá? Siempre hay marujas con su chandal y sus tacones -arregladas pero informal- con un culo tan gordo que bloquean  el tráfico. Es una jungla. No hay reglas. Nadie cede el paso. No existen semáforos, ni señales. Una vieja gorda que va detrás de ti te ha golpeado ya tres veces con las defensas metálicas del carro, en los tobillos. La miras con los ojos inyectados en sangre, pero la muy cabrona ni siquiera se da por aludida. Hay familias que han venido al completo para comprar:

El Marido, cara de culo estreñido, está a punto de soltarle la tercera hostia al niño de 6 años que lleva tres horas llorando por un chocolate que regala cromos. La hija mayor, de 18 años, lleva unos pantalones negros talla S a punto de estallar. Top que apenas contienen unas desproporcionadas tetas y dejan ver un ombligo perdido entre michelines flácidos. Su madre al lado parece que quiere hacer la competencia a su hija, están comprando  unos macarrones dietéticos que llevan un adesivo con el texto "Elimina Grasas" pienso, Yo si que os eliminaba a los cuatro juntos.
19:30 Estás sudando, jadeas, tienes los riñones al jerez de tanto luchar con el carro. ¿Es que tienen vida propia? ¡Si es que toman sus propias decisiones! Tú quieres ir a la derecha, él se empeña en girar a la izquierda… Consientes, vas a la izquierda, total tenía que ir a la sección de café e infusiones. De pronto cambia de opinión y se para. No quiere andar el muy cabrón. Empujas y lo consigues, pero esta vez se gira a la derecha. Embistes la góndola de las compresas, y caen varios paquetes de compresas con alas. … 19:40 Ya has comprado casi todo. ¡Ah te falta la sal!… Alguien puede decirme que mente retorcida decide la ubicación de la sal en un SUPER. ¿Pero donde cojones está?… Además no hay personal a quien preguntar, esto es un autoservicio que significa: búscate la vida mamón. Debería haber una sección para hombres: En los estantes de arriba el güiski, debajo coca-cola, tercer estante frutos secos y a ras de suelo: Sal, pepinillos y papel higiénico. ¡Joder, que es muy sencillo!… 19:50 Has terminado, o eso creías. Te diriges a caja. 89 cajas. Todas repletas. Llevas 24 artículos por lo tanto no puedes ir a una caja rápida.  Te pones a la cola de la número 64 y esperas. La cajera, es tan lenta que cazando caracoles se le escaparían todos por velocidad. Tu presión sanguínea no da para más. Eres como una olla express a punto de explotar. La señora que está pasando los artículos en ese momento, vuelve a mirar con asombro cada uno, como si ella no los hubiera puesto ahí. La que está justo delante de ti, te dice: – Oiga joven, ¿Podría vigilarme un momento la compra, que he olvidado el perejil? Y se va antes de que hayas tenido tiempo de abrir la boca. La cajera se queda sin cambio. Nos quedamos todos quietos esperando a otra patinadora que está mas buena que la anterior traiga el cambio. Siguiente cliente y la del perejil sin aparecer. Al nuevo cliente no le funciona la tarjeta, o no hay línea, yo que sé. Prueba con otra tarjeta. Mientras piensas: “El partido de fútbol debe estar cerca del descanso, ver si llego para ver la 2º parte”. Y la del perejil sin aparecer. Finalmente tienes que empujar tú mismo el carro de la señora del perejil y aproximarlo a la caja y esperas a que aparezca. Detrás de ti empiezan a protestar y has oído que te han llamado Gilipollas por no saltarte el turno. Piensas en que si hubiera una sección de Armería, te comprabas un kalasnikov y después de vaciar el cargador te ibas a quedar la mar de relajado… Llega por fin y no solo trae el perejil, viene con las manos llenas de paquetes. Esperas. Esperas más. Por fin, tu turno. La cajera no deja de mascar chicle. Vaya por Dios, el paquete de papel higiénico tiene mal el código de barras y debe llamar a caja central para consultar el precio. Miras para atrás y ves odio en la mirada de todos los que están en tu cola. Sientes vergüenza. Pagas y mientras sales oyes nuevamente por megafonía: TE FROTO EL CIPOTE Y HASTA LAS NALGAS. O tú estás obsesionado con el tema, o tienes un oído caprichoso. Mientras te acercas a tu coche, que lo dejaste a tomar por culo, intuyes que el mensaje era: EN OFERTA UN BOTE DE ANTI-ALGAS.

sábado, 4 de junio de 2016

PISTAS PARA QUE SEPAIS CUANDO TIENE GANAS

COMO SABER SI ELLA TIENE GANAS
Tener relaciones sexuales es difícil, siempre. Cuando tienes pareja piensas: “¡Por fin voy a tener sexo cuando yo quiera!”. ¡Mentira! Eso de las relaciones sexuales estables es una leyenda. Es difícil que se dé que ella tenga ganas y que tú tengas ganas, y que cuando tú tengas ganas, ella sepa que tú tienes ganas y tú sepas que ella tiene ganas…
Yo, por necesidad más que nada, me he convertido en un experto en interpretar este tipo de señales. Veréis: si estás en el sofá y cuando va a acostarse te dice: – Me voy a la cama, no tardes.
Eso quiere decir: “Me voy a acostar sin bragas”. Pero si ella se acuesta y te dice: – Yo me voy a la cama, cuando vengas haz el favor de no hacer ruido.
Amigo mío… coge una revista y sedúcete a ti mismo.
Hay palabras mágicas que ella suele utilizar para dejar claras sus intenciones. Por ejemplo, la palabra “siesta”. Si ella después de comer te dice: – ¿Nos echamos la siesta?
Está claro: “sí está”.
Hay que estar muy atento a cómo se viste cuando se acuesta. Si se coloca los calcetines y el esquijama, te está diciendo que no quiere saber nada de tus pelotas…

Hay otras señales más sutiles. Hay que estar muy atento a cómo te llama cuando llegas a casa. Si entras por la puerta y escuchas tu nombre tres octavas más agudas de lo normal (En vez de oír: “Hola Manel”, oyes: “¡Hola Maneeeeel!”), prepárate. Va a estallar el obús. Te va a hacer como en el anuncio de Jazztel: “¡Otro…! ¡Otro…! ¡Otro más…!” Lo malo, cuando te pasa esto, es que tú, al segundo, te quedas sin batería.
Si cuando se está arreglando para salir te dice: “¿Me ayudas a subirme la cremallera?”, en realidad te está diciendo: “¿Cuándo volvamos… también me la bajarás?”. Es decir, ella está a tope de cobertura.
Pero atención, porque el momento de subirle la cremallera es muy delicado. Si la pellizcas sin querer, se acabó lo que se daba. Se dará la vuelta y te dirá: “¿Qué piensas? ¿Qué estás cerrando una maleta? ¡Serás bestia!”. Y conectará el buzón de voz. Ya puedes llamar, ya… La postura que ella coge cuando se mete en la cama es otra forma de saber si está operativa o no está operativa. Si se mete en la cama y se enrolla como una oruga… no te esfuerces, tiene el terminal apagado.
Pero si por el contrario, se tira boca abajo y mueve el culete como el pato Donald al andar… ¡Atención, tienes una llamada en espera! En cualquier caso, con móvil o sin él, el momento clave sin duda es el sábado. Porque el sábado por la noche tú sabes que toca. Y con esa ilusión te metes en la cama. Pero puede pasar que, de repente, apague la luz y diga:
– Buenas noches.
– ¿Cómo que buenas noches? ¡Pero si es sábado!
Te dan ganas de levantarte a por el calendario y decirle: “Mira… Mira… ¡Mañana rojo!”. Hombre, por favor… Yo creo que, como hay mucha despistada por ahí, deberían decirlo en las noticias: “Y terminamos recordándoles que hoy es sábado… Mañana rojo”.
Sin embargo en vez de ir a por el calendario, lo que hacemos la mayoría de los tíos es poner en marcha la operación gusano: acercarnos a ella reptando por la cama, como sin querer, hasta que nos acoplamos. La abrazamos y empiezas a tontear con la mano, que si le acaricias la cadera, que si ahora la tripita… y empiezas a subir y a subir, a ver si ella reacciona. Y sí que reacciona, sí. De pronto te coge la mano y te dice:
– ¡Qué bien estamos así! Yo no necesito nada más.

Y te quedas con las ganas. Esperando la próxima señal. Habrá que tener… la antena sacada.

viernes, 3 de junio de 2016

FANTASIAS SEXUALES

Una de las fantasías sexuales de muchas 

mujeres es hacer el amor de forma salvaje. 


Llegar a casa…que tu marido esté

preparando la cena…(bueno, esto de por sí 

solo ya sería una fantasía) acercarte al él 

por detrás, arrancarle el delantal y hacerlo en

la mesa de la cocina… ¿Pero os imagináis

esto en la vida real? con las piernas

colgando, clavándote un tenedor en la nuca

y desollándote el culo con el rallador del pan 


Estas cosas nos pasan por intentar copiar lo


que vemos en las películas, por ejemplo, la

típica fantasía de mezclar sexo y comida,

como en “Nueve semanas y media” con las

fresas, el melocotón en almíbar… vamos a

ver: ¿qué tiene de sexy hacer macedonia 

encima de tu pareja? porque el almíbar tiene

una característica muy poco erótica, a los

tres minutos se seca… y se queda como el

Loctite. Claro!!! como en la película cortan….

pero a ti te toca irte a la ducha.. con la 

cabeza pegada a la de tu marido, con el culo 

en pompa y caminando hacia atrás…que 

parecemos dos siameses… 


Otra fantasía muy típica es grabarse en  

video, me contó una amiga que daba mucho

morbo. Así que lo probamos: es super erotico

hasta que te ves, tu marido te pone un antifas

todo emocionado, y cuando ves dos cuerpos

abrazados….¡¡gordos!!, dices: - Paco te has

equivocado uno de los antifaces tiene que

tener los agujeros tapados , que vernos así 

me da risa,parecemos dos ladrones, eso es 

-No cariño, somos nosotros la cámara

engorda. -¿Que engorda? ¿Y la mesilla de

noche porqué no engorda? Pero la muestra

más clara de que las fantasías nunca

deberían llevarse a cabo es cuando tu 

marido se empeña en hacer el amor en la

bañera. Aquí la fantasía esconseguir hacerlo 

sin romperte nada. Para empezar…muy,pero 

que muy erótico…. no es. El se mete, y se 

queda encajado en la bañera, con las rodillas

en las orejas, y el periscopio intentando 

asomarse. Y va el cachondo y te dice: -

¡¡Venga, metete!! Y claro, como él ha cogido 

el mejor sitio, a ti te toca poner el culo 

encima del tapón y que te de el grifo en la

nuca. Y entonces empieza a moverse 

moverse todo apasionado. ¡Y se monta allí 

una marejada…! ¡Chaf, chaf…! Aquello 

parece “La Tormenta Perfecta”… Lo malo es 

que el que está en la bañera no es George

Clooney, es el capitán Pescanova. Entonces 

te dice: -Vamos a probar otra postura, ponte

tú encima! en ese momento se sale el tapón

y el desagüe te hace ventosa… y piensas 

“este ha organizado un trío sin avisarme” Y

cuando te das cuenta de que es el tapón le 

dices: -¡¡Que se sale el agua, que se sale el 

agua!! Y él: No te muevas, busca el tapón… 

Tú, tanteando, agarras lo primero que

encuentras… -Y él grita: ¡¡Eso no es el

tapónnn joderrr!! ¿no ves que hay dos? En 

ese momento, ya solo se te ocurre una 

solución: – Cariño, ¿por qué no nos vamos a

la cama?… 

Pero a dormir ¿eh? 

¡QUE SÍ QUE ESTOY AGOTADA!