viernes, 31 de enero de 2014

Un angel en el bar de Paco


 Doce de la noche, y algunas copas de mas, estaba ahí sentado sin mirar a nada, chapoteando en el vacío del viejo ventanal…la calle parecía estar en otra sintonía, demasiado apurada, casi salpicando histeria a su paso…
El ángel hacía ya rato que había bajado de la vorágine que producen los viernes, ese día tan (tan ideal, perfecto, tan....) para salir de noche.
En el lúgubre bar, un camarero trajinaba con desgana los últimos vasos de la vitrina y se preparaba para otra noche agitada… a esa hora podía tantearse el silencio que inundaba el bar que en tan solo unas horas se llenaría de música, gritos y perfumes baratos.
Con un gesto mecánico llamo al camarero para cerrar la cuenta, aunque a lo lejos se notaba que era la excusa perfecta para charlar con alguien más…
Paco, el dueño del bar le mando con el cambio una copita de ... de cortesía..El ángel sacudiéndose la solapa se lo engullo a salud de la parroquia.
Tras los saludos de cortesía se dirigió a la puerta para dar por terminada esa noche, como tantas otras. 
Por su andar torpe y despreocupado, al salir se topo con una mujer que con una actitud parecida, intentaba entrar en el bar… no se si fue lo extraño de la situación o la necesidad de ambos de conversar por un rato, que entraron en el bar sin mediar palabra.
Ella pidió un martini seco, el no acostumbraba a mezclar sabores y siguió con el mismo mejunje.
Para los que veían de afuera la escena, era algo muy incomodo, dos personas que sin conocerse, hablaban poco y se miraban mucho…lejos estaba eso de ser amor…era necesidad de ver el reflejo propio en pupilas ajenas.
La noche se colaba entre sus recuerdos, el bullicio que crecía.. Entorpecía el ambiente que los rodeaba pero casi sin notarlo, seguían desmenuzando sus pasados sobre la mesa de ese bar.
Hacia ya tiempo que el ángel visitaba el bar y jamás la había visto… ella no era de salir y mucho menos a ese tipo de bares - le comento ella oportunamente.
Su circulo social era tan selecto y refinado que a veces sentía una presión el en pecho que no la dejaba respirar… el ángel no sabia si era algún tipo de fobia o el rigor del almidón, sin embargo sabia de lo que hablaba.
Fue entonces como la “no pertenencia”, los unió en un espacio demasiado íntimo, exclusivo para ellos dos.
Los muchachos de la barra los miraban y reían, haciendo notar que desentonaban en el ambiente, cuando ese bar fue tan suyo hace solo algunas horas.
El sopor etílico que empezaba a cachetearlos daba lugar a ideas desprolijas y muy poco acertadas, pero ellos se dejaban llevar y no escuchaban a sus fantasmas.
Sin mediar palabra, como cuando entraron, ambos se levantaron y agarrando sus abrigos dejaron la mesa libre…el ángel gesticulo y Paco cazo la indirecta al vuelo..
Otra vez los dos en la misma puerta, un par de horas después y con muchas mas razones para mirarse a los ojos.
Caminado como dos desconocidos, desandaban las veredas sin mirar demasiado el paisaje, cuando de repente algo los azoto con un baldazo de realidad…un joven que caminaba con unos amigos se detuvo junto a la pareja y pronuncio mas asustado que sorprendido “ Mamá, que haces aquí?”… ante la sorpresa de todos, el ángel continuo camino con paso pausado y seguro, como si la situación no le afectase..
Continuo caminando, compro caramelos en el Kiosco y cruzo sin mirar… en ningún momento volvió su mirada hacia el extraño grupo de personas… sabia que no la volvería a ver, pero estaba demasiado viejo para llorar por amores de barra…
Le vieron desaparecer dirigiendo sus pasos a un callejón sin salida.

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