lunes, 25 de junio de 2012

QUIERE SENTARSE? una mierda


Hace tiempo vengo observando a los y las "jetas" que hacen cualquier cosa para no ceder los asientos en el bus.
1) En primer lugar, evitan sentarse en el asiento de adelante. Si os fijáis bien, un cartel indica que ese asiento está reservado para “mujeres embarazadas y discapacitados"
2) En general, elijen los asientos del fondo, en lo posible el que está detrás de la puerta o el que tiene la rueda; cuanto más difícil sea el acceso, menores posibilidades hay de que lleguen a tener que cederlos,
3) Fingen que duermen. Para que sea creíble, llegan a golpearse la cabeza contra el vidrio de la ventana ante las evoluciones bruscas del vehículo.
4) Si alguien intenta “despertarlo”, se resísten fingiendo un sueño pesado. Piensan que es una carrera contra el tiempo. Cuanto más tarde en dar el asiento, más posibilidades hay de que algún buen samaritano lo haga antes.
5) Finjen que están leyendo muy muy concentrados. Para despertar cierta consagración, leen unos apuntes de la facultad (no importa que no estudien; consiguen prestados algunos del año pasado de algún conocido), saben que este método puede ser contraproducente si lo pescan leyendo "Sport" o la revista “Inteviu”. Si intentáis “distraerlo”, te levanta un dedo, anunciando que lo dejen terminar un párrafo fundamental, como para ganar tiempo.
6)Los auténticos profesionales piensan en mutilarse o fracturarse una pierna, funcionaria, pero son medidas demasiado drásticas; El mismo efecto pueden conseguirlo realizando un falso yeso, o incluso un simple cabestrillo,
7)Algunos hasta fingen estar borrachos. Por una especie de temor sobrenatural, a la gente no le gusta recibir favores de un ebrio, o exigirle que le haga un favor a alguien. También puede, para este caso, estar ebrio en serio. Como mucho reciben algunos comentarios desagradables, pero todo vale para no ceder el asiento
8) Si todo les falla, y le exiges que entregue el asiento, sencillamente aferran a sus derechos constitucionales y, como en las viejas campaÑas anti-drogas, “sólo dicen no”. Ya están preparados a recibir agresiones y miradas fuertes. Si las cosas se le ponen pesadas, te dicen, con voz serena pero firme, “este es mi asiento y no voy a entregarlo”, y agregan: “estoy dispuesto a usar la violencia si es necesario”.
9) Por fin, si las presiones son insoportables (o se enfrentan a una mujer embarazada particularmente corpulenta y agresiva) se ven obligados a ceder el asiento, encima le sacan provecho al momento y echan una mirada de reproche al resto del desconsiderado pasaje que no tuvo tanta humanidad como el.
10) Luego existe el profesional que sin necesitarlo consigue un asiento.
Pero este caso es otro post.

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