John Baldessari en el Macba, se tiene que ver, Pura bellessa se llama la exposicion
En la cola del Macba, tengo delante una de esas tias pijales con supuesta pasta: alta, flaca, pelo largo y con brillo de peluquería, gafas Hugo Boss puestas tipo diadema del pelo (que no le tengo mania a colocarse las gafas encima la cabeza, si no te las pones las guardas). Poca gracia tiene la niña. Cara bronceada. Carterita vuitton. Jeans muy muy ajustados, con bordado dorado. Talones altos. Quiere parecer modelo pero no lo es. Parece brasileña por su culo redondo y pomposo pero no lo es. Me pregunta si soy de Barcelona, ella es venezolana y que esta de vacaciones con unas amigas.
Más de 130 obras realizadas entre 1962 y 2009 se exhiben en el MACBA en la mayor retrospectiva dedicada al artista californiano John Baldessari, uno de los pioneros del arte conceptual, que arranca con algunas de las pinturas salvadas de la incineración que hizo en 1970 de buena parte de su producción.Empieza con las obras realizadas por Baldessari en los años sesenta, cuando ejercía de pintor y producía, sobre todo, óleos sobre tela. Estas pinturas son una representación de las que sobrevivieron a su acción Cremation Project: el 24 de julio de 1970 quemó toda su obra anterior a 1966 que él conservaba, y guardó las cenizas en una urna en forma de libro como testimonio de los hechos, una urna que se puede contemplar en el MACBA junto a la lápida referencial. Aquel acto tan drástico respondía a las dudas del artista respecto a la forma de arte dominante en aquella época y simbolizó su renacimiento artístico.En Art Lesson (1964) ridiculiza los manuales de arte, y en God Nose (1965), una pintura de estilo pop en la que se ve el cielo con una nube y una nariz flotante.
En 1966, empezó a fotografiar un barrio obrero de su ciudad y las fotos eran intencionalmente mundanas y nada espectaculares, a menudo hechas desde el coche sin mirar por el visor de la cámara. Después amplió las fotos y las transfirió a las telas, y pidió a cartelistas comerciales que pintaran encima textos igualmente prosaicos que identificasen cada lugar. Estas piezas, que combinaban foto y texto, crearon nuevos significados y tensiones entre imágenes y palabras y marcaron un punto de inflexión en su trayectoria.
Entre sus vídeos, se puede contemplar uno de los icónicos del artista, I Am Making Art (1971), en el que durante 18 minutos recita esa frase mientras mueve sutilmente varias partes de su cuerpo.
En la parte final de la exposición, se pueden ver sus obras de los años ochenta en las que aparecen puntos de colores sobre los rostros de los personajes. Como si de cerrar un círculo se tratara, su nueva escultura, Brain/Cloud (Two Views), en la que enfrenta un enorme cerebro tridimensional a una vista marítima, con palmera incluida, del Pacífico, remite a las nubes de sus primeras pinturas Falling Cloud (1965) o God Nose.
Tras su exhibición en Barcelona, la retrospectiva se exhibirá en Los Ángeles y Nueva York.
La exposición MUY RECOMENDABLE, estará abierta hasta el próximo 25 de abril
Al salir del Macba me apetece sentarme en algún bar a tomarme algo y poner en orden la exposición en mi cabeza, conecto el mp3 con Jackson Browne y Time the Conqueror disco del 2008, ando un poco y decido el bar Lobo, Pintor Fortuny con Xuclá, delante tengo el Mirinda que me gusta mas, pero tengo que estar al aire libre con estufas y no me apetece, entro en el Lobo y veo un lugar libre al fondo. Me siento. A la izquierda, dos ejecutivos despistados del trabajo. A la derecha, una señora de más de cincuenta de muy buen ver. Subo la música y me quedo mirando a la gente. En eso, veo la espalda de una chica de unos 28 años que se desata el pelo para hacerse una media cola. Tenía el pelo muy largo, lacio y castaño. Ya con los brazos en posición, desenreda un pelo que no necesita ser desenredado. Una vez. Dos veces. Tres veces. Cuatro veces. Cinco veces. Seis veces. Siete veces. Ocho veces. Nueve veces. Diez veces. Once veces. Doce veces. Trece veces. Y sigue intentando buscar una cola perfecta, peinándolo con los dedos, pasándolo de una mano a la otra. Lo ata. Finalmente, lo ata con una gomita roja (que le hace juego con el pantalón). Antes de bajar los brazos, una vez más se lo peina, se lo toca, y lo pasea de izquierda a derecha y de izquierda a derecha. Una vez. Dos veces. Tres veces. Cuatro veces. Cinco veces. Seis veces. Siete veces. Ocho veces. Nueve veces. Diez veces. Once veces. Y yo la miro y pienso vaya tia que obsesion tiene con el pelo.
Al salir del Lobo, veo pasar a la chica venezolana con sus amigas y su culo redondo y pomposo.
La segunda parte de mis memorias
Hace 5 meses
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