
Junto a las tacitas de café recién servidas y las galletitas de rigor, hay consoladores de todos los tamaños, condones con sabor, cremas y geles estimulantes y toda una gama de artículos sexuales. En torno de esa particular mesa, un grupo de mujeres, de todas las edades, comparten las infusiones mientras hurgan en cada juguete y se cuentan intimidades sexuales. La idea es decidir con información y por ello las confesiones son parte importante de la jornada. Tras el desahogo y la anécdota se sabe mejor qué artículo adquirir. Entonces viene la mejor parte. Las chicas sacan sus euritos y compran -como si fueran cosméticos- distintos juguetes eróticos para sorprender a sus maridos, amantes… o a ellas mismas.
Conoci una vendedora de Tapersex y me comentaba, lo lanzadas que se vuelven algunas mujeres en estas reuniones, llegando a probar algun artilujio en el baño, asisti a la salida de una reunion tapersex de un hotel donde se habian reunido y ver unas quince mujeres con una expresion de felicidad en sus caras que maravillaban

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